Llueve
miríadas de ojos derramándose
como promesas de alas rotas
como presagios lanzados
a la interminable noche.
Se abren los párpados del silencio
las palabras se esconden
en la memoria preñada
de imágenes turbias.
¿De qué sueño extraer
ese matiz que se me escapa
de la pluma?
¿Por qué no seguir
royendo las entrañas del azar?
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